El bullying no es solo un problema de la infancia o la adolescencia. Sus efectos pueden extenderse en el tiempo, afectando la autoestima, las relaciones y la forma en que una persona se percibe a sí misma y al mundo.
Las burlas, el rechazo, la humillación o la violencia repetida pueden generar inseguridad, ansiedad, miedo y aislamiento, dejando una profunda huella en la vida emocional y en la manera de relacionarse con los demás.
Pero estas heridas pueden trabajarse. A través de un proceso de psicoterapia, es posible comprender el impacto del bullying, sanar esas experiencias y fortalecer la confianza en uno mismo, para recuperar la seguridad y el bienestar emocional.
Además, si un adolescente está atravesando una situación de bullying, es fundamental brindarle apoyo y acompañamiento para que pueda afrontar la situación de una manera saludable, sin que esto afecte su desarrollo personal y emocional.
Tienes razón, aquí te dejo una versión más clara del cierre:
Si el bullying es un problema en este momento o ha dejado marcas en el pasado, la psicoterapia ofrece un espacio para trabajarlo, sanar y recuperar la seguridad emocional.
Análisis y Psique.
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